1.- Una noche, cuando mi marido y yo nos hablábamos, veníamos de vuelta de tomar unas copas, bueno....ejem....muchas copas, entonces él, en su papel de seductor, me arrinconó en la pared, apoyó su mano sobre mi hombro y me dijo: “No me mires con cara de gato asustado, mirame con cara de Pepsicola”, y entonces lo supe, no habría lujos, ni coches caros, ni casas en la playa, ni fincas en la sierra, pero por Dios que habría risas, muchas risas.
2.- En una de tantas conversaciones con mi hermana, le pregunté que planes tenía para el fin de semana que llovía, y su respuesta fue: “No se, pero tengo una madeja de hilo llena de nudos que estoy deseando meterle mano”. Me lo dijo como si fuera la cosa más apetecible y extraordinaria del mundo, incluso me dijo que mi madre estaba toda envidiosa, otra que tal baila. Y es que mi madre y me hermana tienen el peculiar hobby de deshacer nudos, y mientras mas complejos mejor. Mi hermana estuvo a punto de poner un anuncio en el periódico diciendo: “Deshago nudos de cualquier tipo”, e incluso cobrar por ello.
3.- Siguiendo con mi hermana, estaba comiendo con sus hijos y les explicaba lo que era cada alimento que estaban comiendo, ella creyéndose muy docta en la materia les decia: La lechuga es verdura, los espaguetis son cereales, la leche es un lacteo…. Y Alvaro, el pequeño le pregunto ¿y la patata mamá, que es la patata? Y ella muy digna contestó: La patata es un forúnculo. ¡¡¡ Ea !!, y se quedó tan pancha. Posteriormente llegó el ataque de risa.
