La metamorfosis

Hace aproximadamente 3 años se instaló en el trastero de mi casa una pequeña salamanquesa, y parece ser que encontró allí el paraíso gastronómico con tantas arañillas e insectos varios. No me importaba tenerla allí pues me mantenía aquello limpio de todo bicho viviente. Lo unico malo eran sus pequeñas “cagarrutas”.
Me acostumbré a tenerla allí, hasta que empecé a darme cuenta de que esas pequeñas “cagarrutas” ya no eran tan pequeñas. Y pensé que se había colado una rata.
A partir de entonces, cada vez que entraba lo hacía con cierto reparo. Hasta aquel fatídico día en que entré y me encontré con semejante cocodrilo encima del arcón. ¡¡¡ La madre que la parió, que cosa mas grande!!!

Me miró, yo la miré, y de un salto se tiró a la pared, - “ blom, blom, blom ….” – se escuchaban sus patas al correr. Me quedé petrificada, e impulsivamente empecé a gritar. Salí corriendo y cerré la puerta con llave. Apoyé mi espalda en la puerta mientras pensaba, ¿pero que cacho de bicharraco, como ha crecido tanto? Y de pronto lo entendí todo, la salamanquesa se había puesto “jincha” de comer esos gigantescos mosquitos de los que ya hablé una vez que te destapan pa picarte y luego te llevan al nido, esas arañas con tantos pelos en las patas que cada tres dias se hacen la cera, esos escarabajos peloteros del tamaño de la bola 8, esos grillos-topo que parecen auténticos aliens, en fin, esa fauna variopinta que pulula por mi casa y son proteina pura, y claro, la tía estaba “embrutesía”.
Ahora la tengo de ocupa en mi trastero y tengo que llamar a la puerta cada vez que quiero entrar, de vez en cuando le echo los restos de pizza para que varíe un poquito el menú y .. ¡oye, que flipa con la pizza!. Es un encanto, le doy una lista con el menú del día y ella me saca los ingredientes del arcon. Ahora, con el calor, nos ha pedido aire acondicionado, pero se ha apañado con un ventilador. Lo que si tengo que agradecerle es que me saca la bombona de butano fuera para avisarme que tengo que cambiarla, yo le doy el cambiado y ella la mete y la conecta, ¡¡¡¡ es mas apañá!!! Pero ya he empezado a asustarme cuando me ha pedido que le tire la correspondencia por debajo de la puerta. ¡¡¡ que miedo... ¿qué no?!!!